¿Había vida antes de la música clásica?

Solo puedo imaginar lo que me introdujo a la buena música. Ciertamente, había poco de qué alegrarse en la Gran Bretaña de la posguerra. Una austeridad de los libros de racionamiento que los jóvenes de hoy no pueden imaginar fue la cruz que todos tuvimos que soportar. En nuestro humilde hogar de la década de 1950, con su radio de cuatro estaciones, se nos dijo a los niños que se callaran cuando tocaba John McCormack, el dúo de amor de Madame Butterfly o el preludio de La Traviata.

Pude ver el mérito en la música clásica, pero fui seducido por la música country y los 60 Mersey Sound cuando llegué a mi adolescencia. Después, perdí el apetito por la música. En cambio, me centré en otros intereses, pero tenía cierta inclinación hacia las bandas militares y de música. La BBC 3 Radio fue pomposa, sus ofertas musicales discordantes y pesadas. Su música de auto-opinión, snobs, nos trataron con desprecio. La BBC 2 se mostró condescendiente a proporcionar algunas horas de luz clásica, principalmente en una noche de domingo como Your 100 Best Tunes.

¿Cómo defino la buena música? Por lo que sabemos que es popular, no lo que se nos dice es popular. Al entrar en un garaje, mi auto debía ser probado por MOT. Un día de verano, las ventanas estaban bajas y me parece recordar que el Dueto del Amor de La Boheme estaba tocando. Lo que es un tapón de conversación. Era como uno de esos flash mobs de música clásica ahora tan popular. El personal y los clientes quedaron encantados y su reacción fue una gran alegría.

Cómo salté de alegría cuando en septiembre de 1992 escuché que un programa dedicado a la música clásica popular iba a salir al aire. Classic FM iba a devolver a la gente su música. Después de todo, la música clásica, compuesta por músicos en su mayoría de clase baja, es la forma de arte de las clases trabajadoras. Tenía ganas de recuperar nuestra música soul del conjunto snob bien pensador. Esa mañana yo era como un niño en Navidad cuando a las 6 am la primera canción la tocó Nick Bailey de la estación. No soy un gran fan de Zadok el Sacerdote de Handel, pero ciertamente fue la música para mis oídos ese dorado amanecer. Classic FM esperaba que 2.8 millones de oyentes se sintieran atraídos por su alternativa a la tediosa discordancia no pop. Para Navidad, 4.3 millones estaban sintonizando cada semana y Classic FM era la cuarta estación de radio más popular de Gran Bretaña. Me sentí reivindicada.

La estación popular recolectó más cubiertos (casi) que el Liverpool Football Club. Ahora, 5.6 millones de personas lo escuchan cada semana y, en 2013, Classic FM fue nombrada la marca de radio del año en el Reino Unido en los Sony Awards.

Después de haberme retirado a España, todavía puedo sintonizar usando mi computadora portátil e ingresando astutamente mi antiguo código postal del Reino Unido. Las emisoras de la España mediterránea y las emisoras de otros países ignoran la demanda de buena música. Sin embargo, ahora vivimos en un mundo mucho más pequeño, en el que todas las fronteras nacionales para los amantes de la música están bajas. Negar la buena música a audiencias ricas es un objetivo propio.

Michael Walsh fue elegido "Escritor del año" por el comité editorial de Euro Weekly News. Este periódico en inglés está leído por 550,000 lectores. Radiodifusor y autor de más de treinta títulos, es periodista / columnista y proporciona cientos de artículos publicados a los medios de comunicación internacionales.

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